¿Tienen inteligencia las máquinas?

 ¿Tienen inteligencia las máquinas? 




Introducción 

Alan Turnig fue un ser humano con una mente extraordinaria, llegando a ser considerado uno de los fundadores de la Ciencia de la computación, fue un matemático, filósofo, hábil codificador, visionario y una persona maltratada por la intolerancia de una sociedad que fue marcada por la guerra. 

Cuando la informativa aún estaba en pañales, el ya soñaba con grandes y poderosas computadoras que fueran capaces de retar a todo ser humano, en aquello que más orgullo le daba: su inteligencia. 

Desarrollo 

Bibliografía escrita por Carmen, realizada por Ángel Rodrigez Lozano y adaptada por Ana Isabel Martínez Juárez.

Aún había olor a veneno cuando entraron al estudio de su casa, afuera los almendros esparcían libremente su característico perfume amargo, la policía trataba de esparcir a las personas curiosas que se habían reunido desde muy temprano en frente de la casa, gracias a la curiosidad que les daba el aspecto de una cara del hombre que fue atormentado por su propia identidad, el cual eligió morir voluntariamente.

Un privilegio que me fue concedido a mi gracias a una inexplicable coincidencia, mi nombre reduciendo en la página del periódico que marcaba la fecha de su muerte: 7 de Junio de 1954.

El caso es que aquel día Alan Turing no me llamó, la última vez que logré verlo fue hace dos años, cuando se despedían en la puerta de un tribunal, con nuestro ánimo por los suelos, él por tener que aceptar el castigo impuesto por los jueces y yo por mi miserable papel como abogado defensor.

No supe demostrar entonces la inocencia de un hombre al que siempre consideré un gran adelantado a su tiempo y por el que llegué a sentir, después de largas horas de conversaciones un enorme respeto y una profunda admiración. 

Alan Turing fue, efectivamente, un ser de carácter extraordinario, tenía el don de una mente especialmente dotada por ideas que eran alimentadas por una gran imaginación, eso le llevo a desarrollar desde que era niño un gran interés por las matemáticas, en la escuela, cuando sus compañeros aún estaban aprendiendo las regalas, el ya ocupaba su tiempo con grandes dilemas numéricos, que confundían a los mismos profesores, que no eran capaces de seguir la línea de sus pensamientos, desde ese entonces, adoptó la costumbre de partir desde cero cada vez que empezaba un problema de cálculo, quitando los pasos ya puestos por otras personas y seguía la línea de su lógica, para poder encontrar la respuesta del principio hasta el final, esta manía lo acompañó hasta que entró a la universidad a estudiar la carrera de ciencias exactas. 

En su época en Cambridge logró tener una gran relación con alumnos y profesores, la cual era estrictamente necesaria, porque gracias a la complejidad de su carácter, que expresaba fascinación pero no te invitaba a congeniar, era una especia de lobo solitario, que solía unir sus juicios, ya difíciles, con una dosis de sarcasmo para confundir, voluntariamente al contrario, gracias a esto, más tarde creo algo que llamo "el juego de la imitación" prueba que ahora es llamada como "test Turing" que consiste en comparar las habilidades intelectuales del hombre frente a la máquina, la broma consiste en encerrar a un voluntario en una habitación y pedirle que intente averiguar quién le está respondiendo, un ser humano como el, o una máquina que recibió las precisas instrucciones de despistarlo. 

Alan creía firmemente que solo er cuestión de tiempo y que en el año 2000 el ser humano perdería la batalla contra la máquina. 

Turing tenía razones objetivas para imaginarse el futuro, fue el pionero de la teoría informática, aunque esto no quiere decir que fue el primero en informes del cálculo, sus objetivos eran mucho más complejos, fue el primero en idear, de forma abstracta, el modelo de un ordenador moderno en 1937, en un trabajo que muchos alabaron, pero que pocos entendieron, describiendo punto por punto una máquina ideal, que estaba modificada para que interpretara y obedeciera una serie de símbolos hablados en una cinta infinita de papel, aunque Turing sabía que en aquella época no existía ni la menor posibilidad de hacer su sueño realidad.

Paso dos años como un profesor invitado en la universidad de Princeton, con 27 años regreso a Europa y se encontró con el desastre de la guerra, recibiendo órdenes de incorporarse a sus filas. 

El mismo confesó que esos seis años fueron insólitamente los más felices de su vida, ya que por fortuna, las autoridades supieron valorar el extraordinario talento de Alan y fue destinado a las filas de inteligencia, donde su trabajo fue descifrar los mensajes secretos del enemigo. 

Fue el quien pudo tuvo la compleja lógica para entender el legendario "código enigma" del que presumían mucho los Alemanes, para el eso era una estimulante distracción, pues los sofisticados aparatos le hicieron ver que su máquina imaginaria, no era tan imaginaria después de todo, aunque el sabía que el único destino de la maquinaria militar era la i industria civil. 

Al terminar la guerra nació la primer generación de ordenadores y Alan tuvo un papel determinante en esa época, formando parte del equipo que tenía la meta más ambiciosa: una computadora digital. Sin embargo Turing tropezó con problemas, el quería llevar sus practicas ideas que solo el era capaz de entender, encontrándose, nuevamente, con un muro de incomprensión, porque la burocracia ni estaría dispuesta a ayudar a un visionario que pensaba imitar en métodos artificiales los raros misterios de la inteligencia humana. 

Esa fue una de las experiencias más frustrantes para Alan, harto de Londres acepto un puesto en la universidad de Mánchester, donde confesó que todo el tiempo libre lo usaba en el deporte, ya que ganó el puesto por las 3 y 10 millas para su club y en el maratón de 1947 quedó en un muy decoroso quinto puesto, gracias a esta afición declinó al trasporte público, no le importó recorrer 20 kilómetros para llegar exhausto y sudoroso a una conferencia. 

Por aquel entonces Alan ya había perdido el poci sentido del ridículo que le quedaba, muchas veces llegó a la universidad empapado de lluvia y sin importarle, se paseaba por los pasillos en una bata blanca de laboratorio miestras ponía su ropa a secar, para algunos eso fue la gota que colmó el vaso, y ya que Alan jamás ocultó su homosexualidad sus enemigos encontraron la manera de castigarlo por su arrogancia. 

El castigo fue sumamente duro, la homosexualidad, en Gran Bretaña, estaba aún clasificada como un delito y Alan Turing tuvo que responder frente la ley y en 1952 un tribunal lo juzgó por "comportamiento antinatural" y le impuso una condena disparatada. 

A cambio de liberarse de la cárcel, lo obligaron a tomar hormonas femeninas y a trastornar su estado físico y sobre todo, su estado mental, incapaz ya de soportarse a sí mismo, eligió una noche de Junio para morder una manzana previamente impregnada com cianuro, lo hizo cuando tenía 41 años y esto fue, hasta cierto punto, su revancha. 

Nos dejó a todos sin saber que otras geniales ideas guardaba aquella mente tan brillante, la cual supo anticiparse al futuro con tanto tiempo de adelanto. 

Conclusión 

Este tema es, en mi opinión, es el más interesante que he estudiado, Alan fue una mente brillante, que en mi opinión, nació en la época equivocada, soñó mucho con algo que ahora es común, no pudo ver su sueño realizado en su totalidad, lo cual es una lástima, cumplió una condena muy dura que lo llevó al suicidio haciendo que las personas de esa época y la de ahora no pudieran estudiar o fasinarse por los inventos que murieron con él, las cuales, sin duda, hubieran sido de los mejores. 

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